Los libros nos hacen libres. #DiaDelLibro

«Siempre tengo dos libros en mi bolsillo: uno para leer, otro para escribir» (Robert Louis Stevenson)

Qué somos más que lo que leemos. Qué somos más que las vidas que vivimos con nuestros libros. Qué somos… más que el esperanzado reflejo de nuestros héroes escritos.
Los libros son paraíso, son puerta de asombro, son cañaveral para refugiarnos cuando nos sentimos vulnerables.
Creamos lo que creemos, lo que leemos. Y pensamos gracias a lo sembrado con este mar de ideas, con los libros deslomados, enseñando su panza de conocimiento. Sus barrigas preñadas de futuro.
Todos los mundos del mundo se me aparecen en los libros que he leído y cuando viajo, ellos me señalan el camino a explorar.
Sería nada sin sus palabras como el hijo que perdió a la madre. Sin sus besos ni sus abrazos, quedaremos huérfanos de libertad interior, del mar infinito de las palabras encadenadas, de sus historias, de sus risas y de su sabiduría.
Infinita gratitud al libro, al idioma escrito, el que me permite seguir cuerdo un día más. El caballo que trota con rabia y me libera.
¡Gracias!

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Los tiempos cambian y nosotros cambiamos con ellos. Tempora mutantur, et nos mutamur in illis. #COVID19 #Día41


Leer nos alimenta.

Hoy es el día del libro.


Encerrados, compartimos hoy miles de mensajes en libros que han inspirado nuestras primeras lecturas. Fueron libros de aventuras, «La isla del tesoro» de Robert Louis Stevenson. Libros de viajes, «De la Tierra a la Luna» de Julio Verne. Libros de guerras inexistentes que terriblemente se nos representan en el ahora, «La guerra de los mundos», de H.G. Wells. Hubo mundos fascinantes por vivir encerrados en libros, «La historia interminable» de Michael Ende y otros porque discurrieron en mundos lejanos, «Dune» de Frank Herbert. También, y debo mencionar la poesía y los mundos frágiles y sobrios de Machado en «Campos de Castilla». ¿Qué sería yo sin estas palabras y sus mundos?


Que cada cual escoja las suyas; que estos días de enclaustramiento nos permitan reencontrarnos con nuestros mundos; que ellas recojan nuestras preguntas y nos muestren un camino.

Hoy es el día 42 de mi encierro.

Por cierto, permitidme que también hoy Gabriel les explique las suyas, que nos cuente su vida y la visión de nuestro mundo, este siglo XXI en mi novela, 2051. Allí se dice en un momento dado: «Tempora mutantur, et nos mutamur in illis». Los tiempos cambian y nosotros cambiamos con ellos.

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¡Oh! corazón, corazón #DiceCordelia

Por mi desdicha no sé asomar mi corazón a la boca. (Cordelia en “el Rey Lear” de William Shakespeare)

¡Oh! corazón, corazón,
arrancado, ungido, trasteado, zaherido
vomitado, remendado por los tiempos;

Dijiste que estarías pero te fuiste
y me dejaste hueco
la sal que mantiene a raya a los zombis;

¡Oh! corazón, corazón
en el frío de mi niñez te hice espacio

corazón de corteza, de huracán domesticado
de león enfermo
a veces te dibujo con el dedo índice
ese mismo dedo que señala al firmamento
esa misma runa indescifrable que solemos olvidar por las aceras;

¡Oh! corazón, corazón,
abstruso, hosco, rancio, torvo
yérguete de tu inanición
o revienta

yérguete
porque reclamo un tiempo urgente,
reclamo tu llegada
no me importa que seas una puta Blitzkrieg
esa misma que se conoce por la venganza de la corneja;

revienta
porque no me importa
ni tan si quiera que seas
otro perro ardid
pero que seas,
corazón

uno que redima al turgente, confuso
miserable, enloquecido-torpe
viejo corazón
del rey Lear.

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Yo vi la aguja de Notre Dame cayendo

Ella era

los mares de la América reunidos bajo todo su nombre

 

como los cerrillos nevados de los Andes

las arroyadas del Amazonas

la planicie Patagónica

y mucho más lejos;

  

Cuando yo llegué me dije

si la luz habría de detenerse

y si acaso sean las horas

tan siquiera para encender una hoguera

y llenar mi vacío con su eco

y sus besos

  

Ella era

el futuro y el pasado, pero era sobre todo un presente tan estrecho

ese que nadie sabría acertar a mirar a su través

salvo yo:

  

El de las saeteras que se utilizan para defenderse del que acecha

El de las celosías que custodian a las moritas de sus amantes

El de la aguja de Notre Dame

cayendo,

la que yo vi

  

Ella era

aquel fuego que se consumió

y las cenizas

que fue una tarde en París

en un motel que daba al Sena.

Fuente: ABC.es
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Relatos Satánicos y #KALPAIII con mi relato #Retromind en #CYLCON2017

Satán visitará CYLCON’17 este próximo fin de semana, día 21, en la Feria de Muestras de Valladolid, a las 13:15 horas.

Allí KALPA presenta su colección de “Relatos SATÁNICOS” y allí me podréis encontrar, con mi relato seleccionado de Sci-Fi y Terror: «Retromind, cuando el paraíso y el infierno se fusionan por los algoritmos de la memoria sintética…»

¡Y rodeado de lo mejorcito del relato fantástico de la región!¡es un pedazo de experiencia compartir antología con todos estos maravillosos creadores!

 

Relatos Satánicos de KALPA
Relatos Satánicos de KALPA

 

Retromind KALPA
Cylcon’17

 

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Stronger than me #Amyforever #Whitehouseisalive

Sabes, debieras ser más fuerte que yo

Tú estuviste siete años más por aquí

¿Pues no se suponía que eras tú el hombre?

Nada comparado a lo que sabes que soy

 

Siempre lo quieres decir así, y no me importa

Yo siempre debo confortarte cuando estoy

Pero lo que necesito que hagas…

Acaricies mi cabello…

Porque he olvidado todo gozo del amor

Porque quiero sentirme una mujer y que tú seas mi hombre…

 

Sabes, debieras ser más fuerte que yo

Y sin embargo te pareces a ese puñetero pavo congelado

¿Por qué consigues siempre que tome el control?

Pues todo lo que necesito para mi chico es que asuma este juego

Siempre lo quieres decir así y es perfecto

Y siempre tengo que consolarte, ¡cada día!

Pero lo que necesito que hagas…

¿Es que eres gay?

 

Porque he olvidado todo gozo y todo placer

Porque quiero sentirme una mujer y tú mi hombre…

 

Él me dijo: “Fue el respeto que conseguí ganaras

pues pensé que tenías muchas lecciones por aprender”

Yo le dije: “No sabes que el amor es un abrazo”

Y suena como si lo leyeras de uno de esos viejos y gastados guiones

 

Ya no conoceré jamás a tu madre

Solo quiero abrazar tu cuerpo, enlazarme

Por favor, dime, ¿por qué piensas que es todo esto un crimen?

 

¿Cuándo fui olvidando todo gozo y tu placer?

Y quisiera sentirme una mujer y tú mi hombre…

 

Sabes, debieras ser más fuerte que yo

Sabes, debieras ser más fuerte que yo

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#SpanishTexas se va de farra a la #feriadelibroValladolid @AyuntamientoVLL día 18 por la tarde

El día que J. aceptó ser detective delegaría su destino al designio del sol y sombra. Relegó sus sueños al rincón pútrido de las esquinas que nunca barreremos, con sus arañas depredadoras, sus cucarachas macilentas y todos estos bichos que odiamos y amamos en nuestra casa… pero que estorban.
Aunque J. era mucho más que todo eso, y si bien mirado era un tontorrón, un obseso perseguidor de mujeres (en la distancia), un vil pajillero que había trabajado intensamente para arruinar su vida. Y en la relación anterior de adjetivos debo incorporar lo siguiente: era también un vago.
Con todo lo anterior, digo, que no debamos esperar mucho de él. Al menos esto me contaron. Y cuando la editora me llamó y me dijo que un bufete de la Gran Vía me estaba pagado un guardaespaldas, al principio tuve miedo y luego sorpresa y luego cuando lo vi me indigné y pensé que mala suerte tenía, y que «este tío es un cerdo pero que muy cerdo».
Y J. estaba allí, como un pánfilo, en la caseta, mirando qué sé yo. Vestía todo de negro si bien a fuerza de lavadas la camisa se desteñía. Estaba sentado en una silla, en la jodida silla donde iba a estar sentado yo firmando minutos después. Le sonreí y me presenté. Ni me prestó atención, miraba las colecciones de cine, o quizás fuera una novela de Thomas Mann y luego supe que tan solo leía a Jim Thompson, a lo sumo poemas sueltos de Panero. Luchaba de esta forma, leyendo a los grandes fornicadores, por sobrevivir, y salvar, algo de sí mismo, lo que fuera.
Luego tomó mi Spanish Texas de la mano, leyó su contraportada, abrió una hoja cualquiera y después de releerla me preguntó que por qué querían matarme. Por suerte subieron en aquel momento la persiana de la caseta, y la larguísima cola me obligó a carraspear con fuerza a J. exigiendo abandonara aquel sitio, pues era mi lugar. Finalmente le aparté de un codazo y no pude sino ponerme a firmar. Él se quedó a mi lado custodiándome, con la mano metida en el bolso, en lo que parecía era la pipa. Misteriosamente nadie preguntaba por él. Mis lectores se aproximaban, esperaban su turno y charlábamos, siempre ignorándole. He pensado después si fuera una alucinación de mi memoria.
Hoy me volvió a llamar el editor y me dijo no sé que de Valladolid. Algo del 18, por la tarde, Plaza Mayor, en la gran Feria del Libro de la ciudad. Allí estaré, por supuesto. Y claro, está, a mi lado tendré a este detective bilocado, el tal J.
¡Dios le parta un rayo!

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#JavierKrahesefue #Lamuertenomellenadetristeza

«Porque dudo que al final de este asunto la cosa no se acabe con un punto… sino con un punto y coma, y no espero ni un cielo ni un infierno.»

Javier Krahe solía pasear Castellana arriba, muy cerca de Colón, y solía vérsele mesándose sus barbas con diligencia y repasar en silencio los pasos contraídos de los que por allí circulamos con prisa.

Javier Krahe solía repasar los garitos de Chueca mientras silbaba sus cancioncillas.

Javier Krahe se tomaba unos churros por Moratalaz y sonreía a los camareros todas las mañanas.

Javier Krahe solía visitar Malasaña porque allí, pensaba, se cocinaba el principio de muchas cosas.

Javier Krahe levantaba las faldas de las turistas americanas que pasean por Cibeles.

Javier Krahe hacía pellas a sus obligaciones y tocaba la guitarra por el jardín tropical de Atocha.

Javier Krahe quería ser inmigrante, de esos que viven en Puente de Vallecas o que luchan por llegar a fin de mes en Usera.

Javier Krahe escribía su historia mientras soñaba con ser el mismo.

Javier Krahe soñaba seguir siendo músico hasta que no le quedara otro tiempo.

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#Lorca #Elvalsdelasramas #poetaenNY

Last week my child read me this precious poem from his first Lorca’s poems book: “12 poemas de Federico García Lorca” from Kalandra editorial.

Sometimes Lorca metaphors sound hard but I think most of the times they give us a clear opportunity to dream. Children love Lorca because they can play with Spanish as naturally as Lorca played when he created this little world.

Let’s dance together!


 

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