Satán visitará CYLCON’17 este próximo fin de semana, día 21, en la Feria de Muestras de Valladolid, a las 13:15 horas.
Allí KALPA presenta su colección de “Relatos SATÁNICOS” y allí me podréis encontrar, con mi relato seleccionado de Sci-Fi y Terror: «Retromind, cuando el paraíso y el infierno se fusionan por los algoritmos de la memoria sintética…»
¡Y rodeado de lo mejorcito del relato fantástico de la región!¡es un pedazo de experiencia compartir antología con todos estos maravillosos creadores!
Y que ahora soy el rey del cotarro y te digo que soy tan VIP:
que yo alto subí
y que muy alto fui
y también yo mucho vi…
Y te digo que aunque deberé dejarlo de una vez
no paro de preocuparme de ser más
y para poder entrar y llegar
siempre al centro del downtown
sé que yo deba ser hombre…
¡y joder!, estoy cansado de ser orangután.
Oh, ooh-bee-doo, (Oop-dee-wee)
Quiero ser como you-hu-hu (Hop-dee-doo-bee-do-bow)
Quiero pasear como you (Cheep)
Hablar como you (Cheep)
También! (Wee-bee-dee-bee-dee-boo)
Verás que es tru-u-ue (Shoo-be-dee-doo)
Un monazo tan parecido a ti (Scooby-doo-bee-doo-bee)
puede aprender a ser
Hu-u-umano
¡También!
¡Ahora!, no me vaciles chaval,
¡hagamos un trato!
Y si mi deseo es el poder
harás de este deseo que me abrasa realidad
¡y ahora!, dame tu secreto, hombre,
cuéntame tu flor
dame el poder
el poder abrasador,
y seré ya como eres siempre tú.
Forma parte de la naturaleza de esta sociedad glotona. La sociedad líquida de Bauman (http://es.wikipedia.org/wiki/Zygmunt_Bauman), la sociedad de masas (y mesas) y su filosofía de vida. La sociedad obesa. Tanto es así que las prisas nos proporcionan lecturas contrapuestas, y el experimento y su constatación física que el otro día contemplamos en “Prime Time” del Hormiguero, previa al último capítulo de “Tiempo entre costuras”, es interpretado justamente de forma contraría en otros lugares: primero lo importante, que el resto lo llenará sin interés. No todo cabe, elijamos. http://theburiedlife.tumblr.com/post/33811181290/a-professor-stood-before-his-philosophy-class-and
-¿Cuántos años tiene Papá Noel? –Pedrito interrogó a su padre durante la cena, y mientras, con sus manitas, retorcía el mantel y revolvía la mesa.
Aquella pregunta era precisamente la más importante de todas. Puesto que si Papá Noel era tan viejo como el abuelo y el abuelo tenía hasta problemas para subir un par de escaleras, ¿cómo podría repartir tantos regalos en una sola noche? Necesariamente debería haber niños que se quedaran sin regalos en Navidad.
Aquella noche este pensamiento se adhirió a los sueños de Pedrito. Y cerrando los ojos vio las blancas y largas barbas de Papá Noel recubiertas por un fino manto de hielo y repartiendo sin parar regalos… aunque en aquella ocasión no a todos los niños del mundo… no había tiempo suficiente para todos… y es que habría niños que se quedarían sin ellos.
-Espera… –una brillante idea le vino a la mente de Pedrito- ¡son los gnomos!: Este Papá Noel tiene un montón de ellos. Porque entonces… no repartirá él mismo los regalos… ¡y ellos lo hacen en su nombre!… ¿pero tendría suficientes ayudantes para que ningún niño se quedara sin regalos?
Lo anterior, sumado al tema de la chimenea (ya que su familia no tenía en casa) le dio que pensar: los regalos no los entregaba Papá Noel en persona y en realidad eran aquellos eficientes ayudantes los encargados de hacérselos llegar año tras año. También pensó, que sí él leía apenas unas líneas y se cansaba en seguida, y el abuelo usaba gafas y tampoco es que fuera mucho más rápido que él, ¿cómo era que Papá Noel podía leer todas las cartas de los niños?… y ni su papá podría leer tantas en un par de semanas de Navidad… en fin, que nadie podría leerlas todas. No hay tiempo material en Navidad. Aquello era un lío y cada vez entendía menos.
-¿Cómo lee Papá Noel las cartas de los niños? ¿Y cómo reparte sus regalos? ¿Todos los niños reciben regalos?
La noche siguiente durante la cena hubo una oleada de preguntas. Aquello tendría una explicación y su papá debía saberlo. Entonces se hizo un silencio. Pedrito muy serio aseveró:
-Papá, he pensado que este año no quiero nada. Porque ya tengo muchos juguetes, los que vosotros me compráis cuando yo quiera, y ahora sé que hay muchos niños pobres que no pueden recibir regalos de sus papás porque estos no pueden comprárselos… y además tampoco Papá Noel puede, porque él no llega a todos estos lugares. Y no quiero que se pierda tiempo con mi carta ni que él ni sus ayudantes se entretengan más conmigo. Quiero que reciban esos niños sus regalos.
Y aquella Navidad, por la mañana, Pedrito encontró una carta junto al árbol, una carta manuscrita por el Alguacil Mayor de Papá Noel. Decía que cuando leyeron los gnomos la renuncia de Pedrito a sus regalos navideños y sus razones de niño, no pudieron sino hacérselo saber al mismísimo Papá Noel. Aquello era muy importante. El anciano dictó su respuesta (los gnomos parece ser que escriben rápido): le agradecía especialmente a Pedrito su hermoso gesto, sabía que era un niño que se merecía aquellos regalos porque se había esforzado muchísimo. Y le garantizaba que ahora otro niño, cuya familia era pobre pero donde el trineo raramente puede llegar, recibiría los regalos de Pedrito en su lugar. Para aquella ocasión él se encargaría personalmente. Era un gran gesto porque son niños que por no tener, casi no tienen ni para comer.
-¿No tienen ni para comer? –preguntó Pedrito visiblemente preocupado.
-Apenas ni eso –le confirmó el papá.
Pedrito dobló la carta con gran cuidado y la guardó en la mochila del cole. Y junto al árbol, encontró un paquete inesperado: El Papá Noel había considerado en el último instante dejarle un pequeño juego de construcciones pero le dejó escrito también que lo compartiera con sus amigos. Pedrito tampoco podía quedarse sin su regalo. Al menos uno. Y que construyera de esta forma sus sueños.
Al comenzar las clases del año nuevo todos los niños alborotaban y no paraban con la retahíla de regalos recibidos. Y cuando le tocó a él su turno, Pedrito orgulloso y con sumo cuidado desdobló la cuartilla y exhibió en aquella carta a todos su mayor trofeo: tenía la prueba irrefutable en aquella letra de gnomo, porque Pedrito sabía que Papá Noel había entregado personalmente aquella Navidad los regalos y precisamente a los niños que más los necesitaban. Ahora, sus preguntas habían sido respondidas y así todo recobraba su sentido.
Claro que Gandhi habría adorado al Niño. También Nelson Mandela, Martin Luther King, y tantos otros como fueron Tagore o Tolstoi, y habrían cantado con Lennon a coro “for black and for white, for the yellow and red one”. Pero este símbolo se reduce a barro si no damos un paso adelante: Navidad es compromiso. De lo contrario es bolsa de plástico o luces de teatrillo. Porque somos y seremos fieles al Niño y sus valores, valores que nacen y que transforman. La paz solo tiene un camino… de paz y sin ambages. Sin mayores palabras. El odio sale por la puerta cuando tiramos de ella… y la abrimos. Y es un camino que se ejecuta día a día y en cada uno de nuestras acciones. Todos juntos, gritemos, ¡Feliz Navidad!
Y fue en laVilla amurallada de Urueña, Villa del Libro, en primavera florida, que todos mis amigos me arroparon y juntos compartimos una fantástica tarde de bocados de felicidad.
Gracias a todos. Y para los que no estuvieron, la grabación del acto. ¿A qué se nos ve emocionados?