>Sobre la reestructuración empresarial

>Son tiempos jodidos para la lechuza, mi pequeño mundo empresarial está siendo sometido a un vaivén profundo. Escribo algo para animarme, luego escucho a Bod Dylan. Ahora me siento mejor. Que lo disfruten.

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De la reestructuración empresarial hemos obtenido el sueño heredado del cieno, el asfalto o el barro que se devora, el pie que pesa más que mide, el vacío, el hierro fofo o el catafalco de fin de semana. El poeta como ídolo maldito, un ave fénix que sin embargo nació tullida. Señores, el mundo de la empresa nos vomita, como los chulos de las esquinas a sus rameras, nos chuta las meninges operadas, es un ruido sordo, una ocupación que se entretiene y nos conduce a la cárcel, un vicio aquiescente, un dosel de tálamo contrahecho, un ardid de buhonero torvo, de Circe o Medusa, de Ulises torturado. Es la felación máxima, esto es, peor que levantarse pronto por el coito propio de la factoría, de los números, del amor sin tregua ni plaza, del viento fracturado de los clientes que se engañan con vehemencia. Me siento un muñecote, una figura de plástico vomitada, un pétreo aroma de tugurio, la lechuza parda contrahecha.

Dicen que nosotros trabajamos por dinero. Yo no, que yo lo hago únicamente por vicio, soy una puta malquerida, un Quijote descerebrado que atiende a su negociado sin cortapisas. En la cúpula del poder, bajen cien peldaños, tuerzan a la tercera, hablen con el bedel y yo estaré detrás suyo, espiándoles para siempre, exigente escriba luctuoso, certera madame del lupanar, prospero auspiciador de la vehemencia laxa e impotente.

Lo práctico de la ley: el movimiento se contrarresta y saldremos para llegar al mismo lugar. Alguien decía por aquí, “le cambiaron para seguir haciendo siempre lo mismo”. Yo recojo mis útiles (un círculo de “O” de canuto negro). Pero como no tengo otras herramientas ni me las dan, replicaré la carátula allí donde quieran que me embarque, haré lo mismo, mismo gesto, mismas palabras. El poder es férreo, aunque lo es más la burocracia, la inercia, el tándem donde yo ya no pedalearé jamás. Miren esta cara gris, afeitada, hirsuto material el mío, pandilla de lobeznos adocenados, diminuta hormiga, obrero de pirámide, diez toneladas de polvo y lodo para descansar con la doncella prometida, aquella de barba y voz cavernosa que se maquilla, el ósculo ventilado, el centurión de espada ametrallada. Joder, que serán cien reestructuraciones para descubrir que todo ha servido para nada, o que mi vida ha sido un entretenimiento parco de nombres, candencias y dependencias.

Hermanos, os insto a que os levantéis, elevéis el grito para decir no, basta de estulticias, de tanta autoridad dirimida, de tanto trasiego y confusión improcedente, de tanta reestructuración apelmazada, de tanto organigrama malquerido, son novelas y caballerías que leemos para secarnos los sesos entre todos.

Pero sabed que soy un cobarde. Que finalmente no haré nada. Hoy me iré a casa y puede que de camino alguna lágrima caiga y el resto se me seque en los ojos.

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5 thoughts on “>Sobre la reestructuración empresarial”

  1. >Pues no te quiero ni hablar de la “movida” inmobiliaria, que tan bien conozco y tanto me afecta… Ahí ya no se habla de “restructurar”, ahí se habla de “ir a la puta calle”… Ánimo, Quijote enajenado, aférrate a lo aparentemente nimio, a lo que parece pequeño, a lo necesariamente vano. Y como te veo necesitado, ahí te va un “pico” de droga dura:LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO:”Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,fieramente existiendo, ciegamente afirmando,como un pulso que golpea las tinieblas,cuando se miran de frentelos vertiginosos ojos claros de la muerte,se dicen las verdades:las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.Se dicen los poemasque ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,piden ser, piden ritmo,piden ley para aquello que sienten excesivo.Con la velocidad del instinto,con el rayo del prodigio,como mágica evidencia, lo real se nos convierteen lo idéntico a sí mismo.Poesía para el pobre, poesía necesariacomo el pan de cada día,como el aire que exigimos trece veces por minuto,para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejandecir que somos quien somos,nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.Estamos tocando el fondo.Maldigo la poesía concebida como un lujocultural por los neutralesque, lavándose las manos, se desentienden y evaden.Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufreny canto respirando.Canto, y canto, y cantando más allá de mis penaspersonales, me ensancho.Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,y calculo por eso con técnica, qué puedo.Me siento un ingeniero del verso y un obreroque trabaja con otros a España en sus aceros.Tal es mi poesía: poesía-herramientaa la vez que latido de lo unánime y ciego.Tal es, arma cargada de futuro expansivocon que te apunto al pecho.No es una poesía gota a gota pensada.No es un bello producto. No es un fruto perfecto.Es algo como el aire que todos respiramosy es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.Son palabras que todos repetimos sintiendocomo nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.Son gritos en el cielo, y en la tierra, son actos.”Gabriel Celaya, Cantos íberos, 1955.

  2. >Amigo Caque, tienes razón, me estoy quejando de vicio. No es lo mismo reestructurarse que terminar en el paro. Soy un privilegiado, porque lo último que darán de baja una empresa antes de quebrar es el número de teléfono!Por cierto, el poema es cojonudo. Uno de mis favoritos. Gracias por rescatarlo.

  3. >Están de moda las reestructuraciones. Mi empresa también se está revolviendo en sus entrañas. Pero yo también he decidido reestructurarme. He enviado todas mis ansias a la calle y he creado el gabinete de atención primaria a “pequeños seres vivientes” próximos al año de vida. Es gratificante y te lo recomiendo. Lo demás es circunstancial.

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