Los banqueros y la crisis de productividad del 2020 #elmundoen2051

Los banqueros no entendieron el porqué, no comprendieron que la productividad descendiera tan pronunciadamente y sin tregua entre los años 2020 y 2050, aunque la explicación más tarde fue bien fácil para todos: las máquinas comenzaron a hacer casi todo… y los hombres… se veían arramblados en los trabajos de menor valor. No hubo desempleo, se llamó «inempleabilidad», que quiere decir, que muchos grupos de población nunca podrían conseguir una razón de subsistencia. Era más barato que no hicieran nada, salvo consumir.
Es lo que tienen las tecnologías exponenciales. Solo las máquinas pueden controlar a las máquinas. Solo unos pocos las conoces o cabalgan a sus lomos. Grupos aislacionistas pensaron que “being offline” sería una cura… y fueron los primeros en desaparecer. Muchos en manos de cada vez menos, no siempre los más talentosos, y más, cuando las interfaces eran tan sencillas de gestionar.
Todo vino de antes. A finales del s. XX la gente concebía la tecnología como una panacea, un maná, un camino de oro al cual adherir los sueños de la humanidad. Antropológicamente optimistas, soñadores de máquinas que harían siempre más y siempre más, y una humanidad ociosa, replegada al relajo, a la contemplación de la belleza y su brevedad; fueron aquellas preciosas décadas para los occidentales, las décadas del capitalismo galopante, el atroz despliegue de las factorías y de la automatización rampante. La informática era un dios, qué digo, ¡un Dios con mayúscula!, y la conectividad global se entendía como el mayor exponente de la prosperidad humana. Nadie antes había podido llegar antes a dichos lugares, porque la voz y luego el vídeo nos lo enseñaron todo…
Iríamos a la luna, viajaríamos y colonizaríamos otros planetas, llevaríamos teléfonos en nuestras pulseras y cubriríamos las ciudades de pantallas fosforescentes. Nadie pasaría hambre… porque aquel nuevo señor electrónico nos permitía consumir todo lo inimaginable, seríamos todos completamente ricos y lo fundamental…, sanos y felices, trabajando cada vez menos… y sorteando los peligros de nuestras vidas gracias a la mayor falacia de libertad jamás pronunciada y autocomprada por un grupo humano en los 5.000 años de civilización.
Como se vio más tarde, todo aquel sueño se derrumbó en una ominosa pesadilla.

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Sobre 2051

2051 es la vida de Gabriel o Gabo, aquel que cambiará el mundo con la invención y masificación del «retromind», la novísima tecnología de la memoria. Gabriel es un ser en tierra de nadie: desde su aspecto físico, negro-albino, su origen como hijo ilegítimo, amado pero arrojado lejos de sus padres, solitario y sin embargo acompañado por los muchos que nos hablaran de su épica, un ser que forjará el destino de los héroes del s. XXI y que narra la historia de la generación postmilenial.
Gabriel nació el 11 de septiembre de 2001 y con el desplome de las «twin towers» inaugura un siglo trepidante de transformaciones. El proyecto enfoca muchos de los cambios que arrastramos en nuestra sociedad: los relativismos, la transición de la cultura y de sus generaciones con sus mitos, debilidades y manipulaciones, y, sobre todo, ejemplifica el proceso de construcción de lo que será los próximos retos: de entre otros, su memoria perpetuada y lo digital, o, el acceso a la mente o al cerebro y a sus capacidades mediante los algoritmos.

¡Espero que os guste y me ayudéis a su difusión! La novela está lista y busco un padrino y editorial con ganas de impulsar mi ambiciosa idea.

Aquí teneis alguna degustación de la novela.


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