#Shame #Vergüenza #tiemposintiempo #crisismigratoria

Hay tiempo sin tiempo como hay historia sin historia. No hemos aprendido mucho después de todo porque llenamos los mares y las carreteras y las fronteras con los cuerpos de los huidos. Nos encanta hacinar, espantar, empantanar con la miseria y sobre todo, estabular corazones para luego degollarlos sin más.

La nuestra es una estrategia de genocidio a la contra y en cámara lenta.

La palabra no es otra que vergüenza. Hemos redactado miles de acuerdos que no valen para nada. Papel mojado. No hemos aprendido.

La regla que dicta su espacio es la guerra y la religión que nos domina es el odio y el lucro.

Ganamos fortunas comerciando la desgracia.

No quiero imaginarme los pensamientos de aquellos seres humanos que fueron encerrados en camiones o bodegas para ser abandonados a su suerte.

¿Qué pensamientos tuvieron antes de morir?¿Fueron sus hijos, sus padres, sus amantes?¿Lucharon hasta el último instante o se abandonaron al horror?¿Se sacrificaron para que su nene pudiera aspirar el último aliento antes de caer asfixiados?¿Murieron abrazados o pateados?

Ninguna de estas historias será escrita jamás. Tanto dolor no se soporta. Que sea nuestro silencio el único juicio digno por su drama.

La carretera de los refugiados no termina en Europa. Que lo hace en nuestros corazones. Que no pueden recibir piedras duras a cambio, cuando fueron nuestros padres o seremos nosotros o nuestros hijos y nietos quienes la recorra justo en el otro sentido.

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