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Denme un respiro: a veces enciendo el ordenador y me nacen estas palabritas tontas.
Ya sé que son inútiles fanfarronadas. El poeta nace y muere castigando
las palabras. A veces me levanto e imagino que por leves instantes -no se lo
crean- fuera un escritor famoso, de novela, por supuesto. Que los desconocidos hicieran hasta cola en el Corte Inglés para leerme. Luego me doy cuenta que todo se corresponde a una turbia pesadilla de la que hay que despertar.
Pero, mientras, me enfado y presento una inútil dimisión no aceptada.
Y sobre todo, Carpe Diem, compañeros.
…………
Les anuncio oficialmente que
hoy mismo me mudo,
dimito del oficio este de poeta magro
y me marcho,
emigro
digo bye bye:
Con la mochila de Bob Marley
o los petas de Rimbaud,
Del sueter obrero de Dylan
con los calzones plagiados del señor Machado,
A las galeras de Cervantes marcho,
me llevo mi rinoplastia de pirata
tal vez un abrigo prestado por Chopin
Barato malverso poemas,
los michelines
de mis sueños taimados
ojalá llueva donde yo me vaya
y que tengamos 2 copas de vino,
o la tumba parda para distraernos
Atrás dejo los amigos, parricidios
y tecnocracias
Palabras asesinas
Asesinos personalizados
Y hoy les dejo, salgo de casa, Dios mediante,
aquí les firmo:
Carpe diem.