Latin Queen.

>Este Mikelow va a resultar un tipo conocido.

Un compañero mío que estudió en Berkeley encontró algún libro suyo.

Poemas editados por no sé que institución penitenciaria (¡imaginad!). Y ha oído hablar de él en algún otro blog de Internet. Menudo pájaro… Me ha traducido uno que dice así:
____________________________________

Mikelow: Deja ya la puta canalla.
Déja que vomite toda la noche.
Que su corazón se(a)(r)rastre y sea tra(s)vertido.

La joven columpiadora se mece provocando. Y desnuda su boca y su silencio, los labios irradiados por fuego, al son de la cadera breve.

Ahora se cae la tarde en Madison Street. La lluvia empapa-ensucia y tuerce los cristales en las oficinas del viejo. La cortina aplastada, filtrando la luz, le dice:

– Oh, pequeña reina que chupas las lágrimas./ La pequeña diosa latina que exige por moneda la torva promulgada. / Deja hoy tus peleas en las avenidas./ Las pandas, improvisando un torpe ritual americano de puta iniciada. / Líbrate del luto, seis meses de tu chulo: Limpia tus manos del signo canalla.

Share

Detective Mikelow

>Más textos de mi alterego:

Versos rescatados de entre las hojuelas del poeta detective Mikelow (Minnesota 1940), cuando fue encontrado su cadáver, aunque nunca después su cabeza, de entre la basuras, escombros y restos orgánicos (escondrijos no clasificables de maleantes y macarras, traficantes de sueños) del boulevard de Harlem, NY.

Este viejo y singular detective investigaba un caso de abuso de menores.

________________________________________________________

Será que la lechuza imita los jadeos de parejas copulando.

Será por los próximos parecidos de los guiñoles, donde los reflejos de los políticos y famosos se prodigan.

Será que por cada llamada que recibo imito una respuesta a la medida, facturada con su margen preceptivo al 40%.

Será que cuando nada parece lo que es, cada día esto me importa mucho menos.

Somos actrices pornográficas de un cuento inventado sin argumento. Me pongo los guantes de boxeo, parezco una bailarina tatuada. Un expedicionario hacia su viaje fantástico, dirás lo que sepas, que la vida te pondrá donde le de la gana.

Será tarde para cambiarlo todo. Graznaré y graznaré pero llegarán las razones de la gran jodienda.

Le digo al cliente: Sepa que los indicios son comprados en las celdas. Los abogados se comercializan en restaurantes, los jueces en barras americanas. Diga su cifra que yo inventaré nuevos nombres. Descifre su mensaje que yo le pondré rostro.

Hay canciones de postín, pero como buen delator nunca os deletrearé su letra. Cuando salte a la calle, sepa que muchos le vigilan. Lo prudente es mantener una imagen poluta, un sangrado preciso de víctimas hasta las pantorrillas, yo mercantilizo su odio porque ya otros habrán puesto su valor de seis cifras.

Será por la noche encerada que parece de otros.

Será por las víctimas alquiladas en los pasos de cebra.

Será por la precisa reunión de los comanches lanceados.

Será por el necesario sínodo de los arcángeles devora-niños.


Share