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Este miércoles, Lidia, Carmen y yo, despachándonos unas cervecitas por Ronda de Segovia. Hablando de literatura. Hablando de la visión del creador, del artista. De su independencia.
Luego al hilo de la conversación, apareció Miguel Hernández y claro está, Celaya.

Ya un lector nos había mencionado semanas antes (http://caleidoscopiodeideas.blogspot.com/2005/06/porque-caleidoscopio-es-ficcin.html) su poesía “como arma cargada de futuro”.

Celaya. Fuerza humana devoradora. A los 17 años conocí su obra. En el instituto, montábamos una revista “Laboratorio Azul”. Impresionado por su “biografía”, leí otros poemas, aunque su impacto fue menor, quizás porque en aquellos tiempos yo buscaba literatura en mayúsculas (Lorca) y Celaya, es sobre todo un ser complejo, con una carga humana brutal. El tiempo ha pasado, a raíz del comentario, retomé sus poemas. Como decíamos, aquella tarde en la terraza del bar, donde todos coincidimos: “Lo mejor de Celaya es Celaya. Su humanidad.”. Será que nos hacemos mayores.

Curioso el poeta: niño de bien, educado para ser élite conservadora de los valores de su época, abandonó la dirección de la empresa familiar para lanzarse al poema social. Lo dejó todo. Luego se desdijo y retomó sus reflexiones abstractas, su formación ingenieril para entender al ser humano. Murió pobre. Su proyecto editorial no fue comprendido en una España ceniza y simplona. Recuerdo además que el Estado tuvo que ofrecerle una renta o así para que subsistiera en sus últimos años de vida. Torpe arranque de escrúpulos el nuestro.

“Biografía”

No cojas la cuchara con la mano izquierda.
No pongas los codos en la mesa.
Dobla bien la servilleta.
Eso, para empezar.
Extraiga la raíz cuadrada de tres mil trescientos trece.
¿Dónde está Tanganika?
¿Qué año nació Cervantes?
Le pondré un cero en conducta si habla con su compañero.
Eso, para seguir.
¿Le parece a usted correcto que un ingeniero haga versos?
La cultura es un adorno y el negocio es el negocio.
Si sigues con esa chica te cerraremos las puertas.
Eso, para vivir.
No seas tan loco.
Sé educado.
Sé correcto.
No bebas.
No fumes.
No tosas.
No respires.

¡Ay, sí, no respirar!
Dar el no a todos los nos.
Y descansar: morir.

El poema “Biografía” es del propio Gabriel Celaya y el dibujo de Juan Luis Goenaga,

que realizó para su homenaje, en 1976.

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3 thoughts on “”

  1. >La biografía de Celaya parece que hoy en día es imposible. De hecho si alguién de las supuestas élites económicas se dedicase a estudiar la filosofía o la literatura para prácticarla de manera viva, los propios amigos que le rodeasen dirían que está tirando su futuro, y de hecho le pondrían como ejemplo lo que le pasó a Celayo como aviso a navegantes.Debió ser una buena tertulia la de ese miércoles.

  2. >Pues entonces aplíquese el cuento (Que para eso escribí el comentario).No se hable sólo de la fragancia de las rosas. No sea esto un “lujo cultural”. No se tenga miedo a bajar al ruedo, a sudar con la gente(y el sudor de la multitud huele mal)…Si hay que meter los pies en las turbulentas aguas de la actualidad: métanse. Todo es literatura (literatura es el uso de la palabra escrita para comunicar ideas y sentimientos con un sentido estético).Calidad… Ésa debería ser la única premisa… ¿Va a ser esa su única premisa?

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